Según establece la Ley 26/2006, de Mediación de Seguros y Reaseguros Privados, una correduría debe ser totalmente independiente de las compañías. No debe haber ningún vínculo de afección con ninguna de ellas. Esto supone que representamos al cliente, no a la compañía. Defendemos los derechos de nuestros clientes ante las compañías de seguros, que son nuestros proveedores.